Los días después del SOPAstrike

 

Por María Juliana Soto

de Fundación Karisma

Pasados algunos días después del apagón de Internet el 18 de Enero y el posterior cierre de Megaupload intentaré recoger algunas apreciaciones, reflexiones y acciones que han circulado en la Red para dibujar un panorama que nos permita sacar nuestras propias conclusiones sobre este debate que nos concierne como ciudadanos de la sociedad de la información, la comunicación y ojalá, de la libertad (en todas sus acepciones).

El debate sobre la ley Lleras abrió en Colombia un camino hacia la discusión de estos temas que antes se movían en círculos especializados y que hoy son materia de diversos y amplios sectores (creadores, usuarios, estudiantes, periodistas, etc…) aprovechemos entonces el terreno abonado para leer con el sentido común afinado lo que está pasando en el mundo alrededor de las llamadas leyes anti piratería.

A través del grupo de facebook de la comunidad Creative Commons Colombia conocimos el texto “Megaupload o el negocio de la Red” del bloguero Xavel Vargas a propósito del cierre de Megaupload, en el que critica a aquellos que denunciaron este acto como una violación a la libertad de expresión, pues considera que este portal no difundía cultura sin ánimo de lucro, sino que por el contrario enriquecía a su dueño Kim Schmitz quien utilizaba contenidos producidos por unos creadores que no participaban de las ganancias que generaba el portal, justamente lo que se le critica a la industria del entretenimiento. Su texto, que muestra otra cara de la discusión, hace un llamado para detener la generalización y examinar con pinzas lo que está ocurriendo con la libertad de expresión en Internet y con la regulación de los mercados.

“No estoy de acuerdo con el cierre de Megaupload. Me parece torpe porque no tiene mayor utilidad para la defensa de los derechos de autor que la ejemplaridad. Existen y existirán, al menos a medio plazo, servicios similares a Megaupload. Además ha servido para movilizar a los internautas en defensa de las descargas libres, aunque en sentido estricto Megaupload no proporcionaba un servicio gratuito. Y ha avivado la llama de la lucha contra unas leyes antipiratería injustas, como la Ley Sinde española o la SOPA norteamericana. Pero además de torpe es una medida injusta por lo que tiene de violación de la privacidad de cientos de miles de usuarios que alojaban documentos personales en los servidores de Megaupload y que se han visto privados de ellos”  Xabel Vegas.

El  26 de Enero, 22 países de la Unión Europea firmaron el tratado ACTA  (Anti-Counterfeiting Trade Agreement), entre ellos España, Polonia, Bélgica, Italia, Portugal, entre otros. La noticia que no ha sido bien recibida por la comunidad europea, generó además un nuevo ataque de Anonymous.

“Si SOPA era algo local a Estados Unidos (aunque tenía el peligro de que otros países intentasen copiar la idea y exportarla a sus países), ACTA al ser un acuerdo global el peligro es mucho mayor porque cercaría a muchos servicios que operan en la red y, conforme se sumen más países, mayor será el cerco. Servicios como Twitter, YouTube, Google o Wikipedia podrían estar en el punto de mira de este marco regulatorio por el simple hecho de almacenar o difundir contenidos con derechos protegidos”. JJ Velasco para alt1040.

La última noticia, que coincide con esta serie de acciones por parte de gobiernos e industrias, tiene que ver con Twitter, la red de microblogging anunció hoy, 27 de Enero desde su blog:  “Casi todos los países del mundo consideran que la libertad de expresión es un derecho fundamental. Muchos otros países piensan, sin embargo, que la libertad de expresión conlleva una responsabilidad y tiene unos límites”.  ¿Serán ahora las naciones las que decidan qué contenidos son “rumores tóxicos” y por lo tanto deben salir de circulación?  Al respecto el periodista Juan Luis Sánchez publicó en su blog el texto “La traición de Twitter” en donde afirma que el gobierno Chino está detrás de esta decisión:

“¿Por qué Twitter ha tomado esta decisión?

Si hay que responder en una palabra: China.

Twitter es una de las redes sociales más importantes del mundo y, sin embargo, no acaba de encontrar su modelo de negocio. Tiene 100 millones de usuarios activos en el mundo y no es capaz de sacarle tanto partido como Facebook, Google o incluso otras más pequeñas.

Por eso Twitter, como empresa, necesita expandirse: necesita el favor, la acogida, de países donde la disidencia no se permite. Yahoo o Google ya lo hicieron antes: enarbolar la libertad de expresión hasta el día que quieres penetrar en el mercado chino”. Juan Luis Sánchez.

Es claro que estas acciones no son aisladas y que responden a unos mismos intereses, ya sean desde la industria del entretenimiento o desde las naciones que temen un nuevo capítulo de las revoluciones sociales. Sin embargo, la comunidad sigue demostrando su fuerza y muchas grandes compañías siguen demostrando su respaldo.

Lo que hemos visto en estas dos últimas semanas invita a tomar posición frente a conceptos que se naturalizan en medio de la discusión (libertad, derechos, deberes, por nombrar algunos ejemplos) y ser consecuentes con lo que defendemos, a través de actos que nos hagan participes activos del importante momento que vivimos como sociedad digital. En ese sentido comparto una última lectura que llegó a mis manos a través del proyecto colombiano Cartografías Sonoras.

Se llama: El Redescrubrimiento del procomún y fue escrito por el periodista David Bollier y traducido por Alicia Díaz Migoyo. Esta licenciado bajo creative commons BY-ND-NC.

“Internet ha potenciado las identidades sociales y los intereses no económicos de la gente, convirtiéndolos en una fuerza con mucha influencia en las redes electrónicas. La creciente popularidad del sistema operativo GNU/Linux y del software de fuente abierta (open source) confirman rotundamente el poder del procomún on line. Hay otros muchos, como los sitios web de colaboración, los servidores de listas por grupos de afinidades, las redes inalámbricas, los archivos on line para eruditos, y los archivos compartidos entre iguales (peer to peer). Todas estas modalidades del procomún son nuevas formas de colaboración humana que resultan extraordinariamente productivas.”

*imagen de F.Triff (cc BY-NC-SA)

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